Llegan la fiestas de Halloween, y con ellas siempre llegan las críticas clásicas de siempre:
1- Es una tradición extranjera, valoremos nuestra identidad y no nos dejemos invadir culturalmente.
2- Es una actividad satánica.
3- Hay gente que se disfraza de pokemones, y realmente no tiene sentido.
La creencia de que el solo hecho de disfrazarse por diversión, equivale a representar a la encarnación del mal, es tan ridícula que no le dedicaremos más tiempo ni espacio en estas líneas, así que omitamos el punto 2. Tampoco vamos a dedicarnos a analizar en profundidad el punto 3, por una sencilla razón: es 100% cierto.
No se disfracen de Pikachu en una fiesta donde la temática es el terror. ¡NUNCA!
Así que nos vamos a concentrar en la crítica del punto 1, la que goza de más fuerza y popularidad en nuestro país. Esta crítica acierta en solo una cosa, Halloween es una tradición extranjera, propia del mundo anglosajón. Lo absurdo está en la reacción al hecho de que la costumbre represente una influencia que proviene más allá de nuestras fronteras nacionales.
¿No estás de acuerdo con calificar de absurda la reacción? ¿Creés que hay que mantener la «pureza cultural» paraguaya? En ese caso te planteo un desafío: nombrá una sola manifestación cultural que sea 100% paraguaya, sin ningún rastro de influencia externa.
Tarea difícil la de encontrar un ejemplo. Veamos, ¿qué está metido bien adentro del paraguayo? Hay algo que todos conocemos, algo que forma parte de nuestra vida cotidiana, que desencadena pasiones desde la punta norte del Chaco hasta el río Paraná: el fútbol.
Un Paraguay en el que no exista el fútbol, es inimaginable. Quizás dentro de 1000 años, quién sabe, pero sin dudas ha sido una parte muy importante de nuestra vida nacional en los últimos cien años, y seguirá así durante por lo menos cien más.
¿De dónde viene el fútbol? Fue creado en Inglaterra. ¿Y quién es la persona considerada como «padre del fútbol paraguayo», por haber tenido un rol protagónico en la transformación del fútbol como deporte rey en el país y fundar el primer club de fútbol del país (Olimpia)? Un holandés, William Paats.
Alguien podría verse tentado a decir «la música paraguaya». Sí, existe la música paraguaya. ¿Pero está completamente libre de influencias externas? Se puede rastrear el vínculo entre nuestra música y la de otras partes del mundo. Por el momento vamos a limitarnos a señalar el vínculo más obvio, los instrumentos. La guitarra, el acordeón y demás instrumentos que son parte esencial de la música creada en Paraguay, alguna vez fueron instrumentos de tierras lejanas, hasta que fueron incorporados a la nuestra.
Y antes de que alguien diga «sí, pero el arpa paraguaya…», no señor, no señora, el arpa paraguaya es simplemente una variante de un instrumento que existe desde mucho antes que nazca el primer paraguayo. Puede variar algo en el tamaño y la cantidad de cuerdas, pero sigue siendo un arpa, un instrumento musical ya poseído en la antigüedad por los griegos, los egipcios, los celtas y otros pueblos.
Revisemos nuestras fechas especiales. San Juan, Semana Santa, Día de la Virgen de Caacupé, Navidad, Día de los Reyes Magos. Todas estas fechas podrán contar con algún detalle particular agregado aquí, como la flor de coco en el pesebre o algunos de los juegos de San Juan. Pero esencialmente, son fechas destacadas gracias al cristianismo, una religión que tuvo sus semillas originales en Medio Oriente, se convirtió en la religión del Imperio Romano, desde el cual tomó forma y se difundió a otras partes de Europa, para finalmente ser traída a Paraguay por los españoles.
La celebración de Año Nuevo no es precisamente religiosa, pero no celebramos Año Nuevo porque se le haya ocurrido a algún paraguayo, sino porque el mundo nos contagió la costumbre. De hecho, ¿por qué el año se acaba el 31 de diciembre y empieza el 1 de enero? Porque así lo establece el calendario que heredamos de los romanos, que contó a su vez con alguna influencia del calendario egipcio.
El rasgo cultural más representativo del Paraguay es la lengua guaraní. El guaraní parece un buen candidato para romper con la lista de influencias externas, ya que no vino de afuera. Pero lo heredamos de otro pueblo. ¿Cómo que de otro pueblo? Sí, porque si bien la mayor parte de la población paraguaya tiene antepasados guaraníes y un vínculo muy fuerte con ese pueblo indígena, el paraguayo no es un guaraní, es algo más nuevo.
Pasa algo parecido con los antiguos romanos y los italianos. Los italianos viven donde vivían los romanos, la mayoría de ellos tienen antepasados romanos, hablan un idioma derivado del idioma romano (latín), y ambos pueblos tienen numerosos vínculos culturales, pero Italia es una nación relativamente nueva, mientras que los romanos aparecieron en escena hace ya más de 2000 años.
Italiano no equivale a romano, y paraguayo no equivale a guaraní, pese al parentesco. El pueblo guaraní existía ya mucho antes de que exista Paraguay, el solo hecho de que los paraguayos usemos su idioma, al igual que lo hacen los correntinos (en Corrientes el guaraní también es idioma oficial), en partes de Bolivia y Brasil, no nos convierte en guaraníes -por más de que nos guste hablar de la «garra guaraní» en la cancha-, al igual que hablar español no nos hace españoles, o aprender inglés no nos convierte en ingleses.
He ahí lo absurdo de criticar Halloween. Si la postura de «rechacemos eso que viene de afuera» triunfaba en el pasado, no tendríamos fútbol, ni música paraguaya, ni Navidad, ni asados con cerveza, ni tantas otras cosas que nos caracterizan. Incluso nuestras comidas típicas serían en gran medida diferentes, y la cultura de este país sería irreconocible para nosotros.
El punto aquí no es que Paraguay no sea un país culturalmente «puro», sino que ningún solo país sobre la faz del planeta lo es. La cultura no es algo estático, está en constante movimiento y transformación, y en ese proceso de transformación tomará prestado el aporte de millones de personas de diferentes orígenes, que intercambiarán ideas y costumbres entre sí.
Siempre fue así y seguirá siendo de esa manera. El intercambio cultural es una característica humana imparable, hoy mucho menos aún con la globalización.
Es por eso que los puristas que aspiran a mantener un conjunto de costumbres sin influencia extranjera, y que su cultura se mantenga idéntica por siempre, comiendo la misma comida, escuchando la misma música, vistiendo el mismo tipo de ropa, haciendo exactamente lo mismo de generación en generación, se verán siempre frustrados.
Y si en medio de su frustración, quieren hacer catarsis quejándose por Halloween o cual fuere la influencia extranjera que motiva su enojo, podrán hacerlo. Pero si lo hacen, irónicamente, probablemente lo hagan escribiendo con el alfabeto de los romanos, en el idioma de los españoles, en una red social yanqui.