«La cantidad de rumores inútiles que un hombre puede soportar es inversamente proporcional a su inteligencia.»
– Arthur Schopenhauer
Rumores, esas afirmaciones que carecen de datos para confirmar su veracidad, que corren de boca en boca -y de teclado en teclado desde la popularización de internet-. Existen desde tiempos inmemoriales y seguirán existiendo mientras existan seres humanos que puedan pronunciarlos y otros que puedan escucharlos.
Y algo innegable sobre ellos es que tienen poder. Tienen el poder de derrumbar reputaciones, generar miedo, quebrar bancos, de hacer creer a algunos que Elvis Presley sigue vivo o que a Paraguay nunca vino Paul McCartney; sino un doble que lo suplantó luego de su muerte en un accidente de moto (si, en serio hay gente que cree esto).
Estamos en una semana especial del año, en la que a la par de generarse muchas vibras positivas, también recobran fuerza rumores que tienen el poder de poner en riesgo el futuro de miles de niños y niñas en este país: la semana en la que se va a emitir la maratón anual de Teletón. Si bien Teletón Paraguay y la maratón televisiva que organiza una vez al año gozan de la simpatía de la mayoría del público, no es raro escuchar o leer rumores nocivos que atacan a esta organización. Algunos de sus detractores tienen una devoción tan profunda por lo absurdo, que incluso quieren hacer creer que esta es una iniciativa judía para darle plata al Estado de Israel («Tele$ión» la apodan). Y en una discusión que tuve recientemente tuve que escuchar como se hacían comparaciones entre Teletón, una organización sin fines de lucro que en Paraguay tiene 3 Centros de Rehabilitación Integral y brinda servicios especializados a una muy importante cantidad de niños con discapacidades, con el tenebroso régimen de Stroessner (¡oh dioses del Olimpo, denme paciencia!).
Dichos como estos no van a ser aceptados fácilmente por la mayoría de la gente; pero hay otras afirmaciones que pueden ser aceptadas con más facilidad, y aquí exponemos la falsedad de las más comunes.
La plata de Teletón se roba.
Este es el rumor con más potencial perjudicial, pues el objetivo de Teletón es recaudar para poder sostener los costosos gastos que implican los tratamientos de rehabilitación y la construcción y mantenimiento de sus centros, si un número importante de gente termina creyendo esto, las donaciones bajan y menos niños van a verse beneficiados con una atención de calidad. Es también el rumor más infundado. La gestión de Teletón Paraguay es transparente y ni siquiera hace falta armar una investigación larga y complicada para chequear esto.
Víctor Ibarrola, Director de Comunicación y Audiovisual de Teletón Paraguay, nos hizo la siguiente invitación desde su cuenta de Twitter:
El resultado nos muestra diversas publicaciones periodísticas, como esta, esta o esta, en las que se menciona la rendición de cuentas hecha por Teletón en un evento público. La propia fundación nos da detalles sobre el uso que hace de sus recursos financieros, balances e informes de auditorías que se hacen todos los años, y pueden verse AQUÍ. Cuando escuches o leas a alguien queriendo convencer de que se le da un uso indebido a los fondos recaudados para los niños, preguntále qué indicios concretos tiene para afirmar tal cosa, y la respuesta invariablemente va a ser: «dicen que», «me contaron que», nunca algo concreto, por la sencilla razón de que es una acusación falsa parida por la ignorancia.
Los conductores de Teletón están ahí porque se les paga.
FALSO. Las celebridades que acompañan tanto la maratón, la comilona y otros eventos de Teletón, no cobran por esta ayuda. Y aún en el caso de que cobren, ¿es esa una razón válida para dejar de aportar a una causa que hace tanto bien a tantas familias? Sería extraño que a una sociedad que está dispuesta a poner tiempo y plata para llenar sus estadios cada domingo, enriqueciendo a jugadores y dirigentes deportivos que se llenan los bolsillos con el rodar de la pelota, le moleste donar plata a una causa que brinda salud y contención a niños que la necesitan solamente porque alguna celebridad ligaría algún billete de rebote .
Pero si de alguna manera te molesta la idea de que puedan cobrar algo por su tiempo, podes quedarte tranquilo, porque no cobran. Una vez más, si alguien te dice lo contrario, preguntále en qué se basa, y te adelanto su respuesta: RUMORES.
Teletón no paga impuestos.
Hay quienes dicen que la organización no paga impuestos. Opinión personal mía: no debería pagar impuestos, el Estado debería exonerarle el pago de impuestos para que se gaste hasta la última moneda en los chicos, antes que esa plata vaya a parar a manos de un corrupto Diputado José María Ibáñez, un torpe Diputado Portillo o una Diputada Villalba acusada de estar metida en el mundo del narcotráfico. Es lo mínimo que nuestro incompetente Estado puede hacer por una ONG que hace el trabajo que las autoridades estatales deberían hacer y no hacen, o al menos no en la medida que se requiere.
Pero esa es solo mi opinión, vayamos a lo concreto y comprobable. Teletón si paga impuestos, es más, en el 2013 pagó 3 veces más en impuestos (más de 900 millones) de lo que recibe como aporte del Estado paraguayo.
Se expone mediáticamente a los chicos.
Los chicos salen en la tele, muchas veces en situaciones muy agradables y con buena onda, en otras sin embargo salen llorando. Esto último no les gusta a muchos, y personalmente, puedo decir que a mí no me gustaría salir llorando en la tele ni ver a alguno de mis familiares llorando en los televisores de miles y miles de personas. Sin embargo, los que preferiríamos que los chiquitos no aparezcan lagrimeando en la pantalla, tenemos que preguntarnos: ¿qué otra opción tiene Teletón? ¿cuántos recursos reciben otras ONG’s que no hacen maratones con ciertas dosis de llanto?
Otras organizaciones de este tipo reciben una cantidad muy inferior de fondos y son mucho menos conocidas que Teletón, un lujo que esta última no puede permitirse porque depende de su fama y su capacidad de recaudación para poder seguir brindando el magnífico servicio que pone a disposición de quienes lo necesitan. Si llega el día en que las masas donan generosamente sus aportes a esta iniciativa durante todo el año, sin necesidad de que se les ponga en todos sus canales un show como este, pues ese día voy a ser el primero en sugerir que ya no se expongan testimonios lacrimosos en la tele. Pero ese día todavía no existe, la sociedad nos guste o no, quiere ver esas explosiones emotivas antes de abrir la billetera, sin el show la institución se queda con recursos muy limitados, y no hay justicia en repartir reproches a los que administran Teletón Paraguay, por cumplir con el requisito que la misma sociedad les pone para seguir mejorando vidas.
Las grandes empresas aportan por una cuestión de marketing.
Esto es cierto; pero lo que está mal es la secuencia lógica que algunos quieren hacer con esta información, y esa secuencia lógica es más o menos así:
No me gusta X empresa + X empresa gana publicidad al aportar a Teletón = No me gusta Teletón.
Sepamos que probablemente la mayoría, si es que no todas las empresas que aportan a esto, están más interesadas en la publicidad que les genera su presencia como patrocinadores del espectáculo que en el altruismo de dar a quienes lo necesitan. Pero sepamos también que estas empresas van a seguir poniendo un montón de plata en publicidad, con o sin Teletón, y que van a seguir lucrando bien fuerte, con o sin Teletón. Es preferible entonces, que al menos una vez al año, decidan poner parte de sus presupuestos de publicidad en una causa bella como lo es el desarrollo inclusivo y saludable de los niños, que en spots publicitarios superficiales que rebozan de música fiestera y mujeres semidesnudas o cualquier otro tipo de contenido irrelevante que no causa bienestar social.
Opción A: Publicidad dentro de Teletón, beneficia a los chicos y a las empresas (en ese orden).
Opción B: Publicidad fuera de Teletón, beneficia solo a las empresas.
No sé vos, yo me quedo con la opción A. Si te molesta que Tigo te haga explotar en la cara una puerta de vidrio cuando vayas a pagar tu cuenta, o te molesta que Itaú le cobre intereses muy altos a tu tarjeta de crédito; entonces tu conflicto es con Tigo y con Itaú, no con Teletón.
Nos encontramos entonces ante un conflicto entre hechos y rumores. El 31 de octubre y el 1 de noviembre son días que van a poner a prueba nuestra predisposición a rendirnos ante la cizaña del rumor, y la fuerza combinada de nuestra sensatez y nuestra solidaridad. Elijamos bien nuestro bando en este conflicto, el bando donde un Elvis zombi y un Paul McCartney duplicado no tienen cabida, donde los rumores se ahogan, donde la razón y cooperación se elevan victoriosas. Este fin de semana, ¡apostá por Teletón!